Sonrisa de hierro

Posted by Unknown On jueves, 16 de febrero de 2012 0 comentarios






Lentamente el joven acaricia el rostro de la chica.
Ésta con mirada llena de cariño, sonríe levemente a la vez que agacha la cabeza.

- Yo...- él coge su mano y con suavidad acaricia sus dedos.- Orphen Erend hijo de Willen Erend... deseo que estés en mi vida hasta el fin de mis días...- Con cuidado coloca una pulsera en su muñeca.

Ella mira su mano y luego al joven, que parece estar más radiante que nunca. Sus cabellos morenos, sus ojos verdes y su rostro que acaba de llegar a la madurez están totalmente enamorados de ella.
La joven que tiene un peinado que recoge sus cabellos rubios en la zona de la nuca, que lleva poco maquillaje y que porta un traje bastante normal hace el mismo gesto que él.

- Yo... Erika...- Sonríe levemente con cierto nerviosismo.- siempre estaré a tu lado...

De fondo se escucha hablar al sacerdote, pero ambos están solos.
. Te quiero...- susurra ella mientras se fija en su mirada.

Entonces en aquella habitación un hombre se despierta empapado en sudor.
Él abre los ojos y se pasa ambas manos por el rostro. La cama está deshecha, la habitación solo está iluminada con una luz tenue que viene del exterior y él... tan solo lleva un pantalón de un color crudo.
Lentamente baja los brazos y fija su mirada al techo de aquel pequeño cuarto.
- …
Su mente le da vueltas pues en ella solo aparece el rostro de esa joven, y aquellas palabras ...


Con fuerza suspira y se pone en pie.
Camina hacia la ventana y la abre, ve que ya es de día.
Con cuidado de no pisar nada de lo que hay por el poco espacio entre la cama y las paredes, pequeños trozos de madera del suelo que están podridas, ropa y suciedad, se acerca a una pequeña palangana que hay sobre un escritorio y se enjuaga la cara. Él se mira en el espejo algo antiguo y pequeño que hay justo en frente y clava su mirada a la suya.
Se pasa una mano por el rostro y ve que tiene algo de barba, entonces decide que es hora de afeitarse antes de que sea más tarde.

Al terminar se pasa una toalla por la mejilla y se toca con cuidado al lado de la boca, lentamente se acerca algo más al espejo y observa su cicatriz. En una herida ya cerrada que abarca desde el final del labio hasta media mejilla.
Parece ser como el dibujo de una sonrisa forzada.
Él baja su mano y entrecierra los ojos con rabia.

` Desde ahora vas a sonreír siempre, ya que te has burlado de mí. Pues tú eres el culpable.'

Orphen se aleja de allí y comienza a vestirse. Con rapidez se coloca la camisa blanca, luego la cota de malla...
Pero aunque vaya rápido y como siempre por la mañana el pasado lo inunda.

`¡Mi hija murió por tu culpa!'

Con fuerza se coloca la armadura.

- Yo no tuve nada que ver...- Dice para sí mismo.

`Ya no serás un noble... ahora me pertenecerás como guerrero. Serás desde hoy y hasta el fin de tus días mi sirviente personal. No podré acabar con tu miserable vida... y por eso te la haré insoportable´.

El joven suspira y se coloca la capa, la sujeta con unos broches de plata en la zona de los hombros. Entonces coge el casco que hay sobre la mesa y sale a paso rápido de su habitación.

Al salir se coloca el yelmo y se pasa la palma de su mano que va enfundada con un guante de cuero por su torso.

- Todo por mi país.- Susurra al salir mientras acaricia el emblema del tigre.

Entonces comienza a caminar con decisión por las calles de Era, como cada mañana, como cada día... desde hace nueve años.  

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(próximamente en inglés más dibujo). 

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